Articulo publicado en Forbes Colombia
Por: Catalina Jiménez Combariza
Las empresas se dieron cuenta de la relevancia de mantenerse conectado con sus públicos y la manera de lograrlo fue a través de estrategias de comunicación y relaciones públicas.
Cuando me invitaron a escribir esta columna, acerca de cuál es el rol de la mujer en las relaciones públicas no pude dejar de pensar en lo fantástico que fue este último año para las comunicaciones y al mismo tiempo en lo tremendamente retador en todos los demás ámbitos de la vida.
Las cuarentenas nos dejaron expuestos frente a la cámara del computador y se hizo evidente cómo las mujeres cubrimos varios frentes: atender una casa, los hijos, las tareas del colegio, la alimentación, atender el “otro” trabajo (el que antes hacíamos fuera de casa), preparar presentaciones, estar disponibles, arregladas y dispuestas frente a una videollamada. En este tiempo todos hemos sido llamados a la empatía, con los demás y hacia nosotros mismos.
En simultánea, las empresas se dieron cuenta de la relevancia de mantenerse conectado con sus públicos y la manera de lograrlo fue a través de estrategias de comunicación y relaciones públicas. Transmitir un mensaje, entender y decirle, a sus audiencias que a pesar de la distancia allí estaban y construir así poderosos vínculos con mensajes positivos y llenos de esperanza.
En las relaciones públicas como en la vida y en cada tarea que emprendamos, lo más importante es encontrar el propósito preguntándonos ¿para qué?; y el mío siempre ha sido el de generar relaciones entre personas, que construyen sociedad y que a través de visibilizar historias permitan el crecimiento personal y profesional de todos los involucrados. Las relaciones públicas se cultivan como todas las relaciones, con constancia, consistencia, confianza, agregando valor, voluntad, ganas y preocupándose por el otro.
Cuando pensamos en quién nos lee, quién nos escucha, quién le presta atención a nuestro mensaje, construimos un mensaje más cercano, más humano y su vez más poderoso, sin importar si hablas de tecnología, fintech, banca, comercio electrónico o startups como ha sido el caso de la agencia.
Mujeres y hombres con un mismo propósito
El mundo de las comunicaciones y relaciones públicas está dominado por mujeres en sus roles ejecutivos. Datos de la industria coinciden en señalar que entre el 66%[1] y 72%[2] de los roles de comunicaciones corporativas y relaciones públicas en el mundo están ocupados por mujeres.
Mi equipo es casi completamente femenino, y son profesionales empáticas, perceptivas, intuitivas, humanas; sin embargo, la cuota masculina nos aporta otra visión y a su vez enriquece la estrategia para cada uno de nuestros clientes.
Más allá de los datos y la pronunciada participación femenina en la industria; me alegra decir que en estos 20 años de contar historias que estrechan vínculos entre personas (cómo me gusta definir mi oficio), he contado con la valiosa y permanente ayuda de mujeres, pero también de hombres que no sólo han sido mentores, consejeros, coachs en mi quehacer; sino que también junto a la cuota femenina han sido grandes protagonistas de muchas de las historias que hemos contado.
¿De qué se tratan las relaciones públicas?
Hace unos años leí los resultados de una encuesta hecha a 1.000 profesionales de RR. PP sobre si su entorno entendía en qué consistía su trabajo. Recuerdo que más del 70% afirmó en ese entonces que sus padres no entendían lo que son las relaciones públicas, y cerca del 40% dijo que sus parejas tampoco lo sabían.
Me temo que, si bien esta percepción ha mejorado, aún es un misterio para muchas personas entender qué se hace en relaciones públicas y el por qué es considerada como un área decisiva de la comunicación corporativa en cualquier organización.
Las relaciones públicas son trabajo de equipo; conectan a las personas, estrechan vínculos y dan cara a cada relato para así darlo a conocer. Trabajando de la mano con colegas periodistas y con los protagonistas de las historias, hemos contado la historia del joven que emprendió con su tarjeta de crédito y hoy, ya ha vendido su empresa y creado otra compañía; la de la mujer que lidera un gremio donde la presencia masculina es mayoría; la de la solución tecnológica que lleva libros a lugares apartados y fomenta la lectura, la de la plataforma que se la juega por la inclusión financiera, sólo por citar algunas de las historias.
Dentro de pocos días cumplo 40 años y, he reflexionado sobre mis dos grandes retos que a su vez, representan lo mejor de estas décadas : 1) Mi hija de 5 años, mi misión permanente por ser un modelo y ayudarla a convertirse en una mujer segura, convencida de que en la vida lo más importante debe ser siempre el amor hacia sí misma, la intención con la que se hacen las cosas y que sepa siempre que mujeres y hombres podemos vivir en un mundo en equidad con las mismas oportunidades si trabajamos en equipo y, 2) Hacer relaciones públicas con un propósito, buscando estrechar vínculos y relaciones entre seres humanos y conectar a través de historias que despiertan la empatía.
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