Por: Catalina Jiménez Combariza- Directora y Fundadora, Sentidos Comunicaciones
Articulo publicado en Forbes
Ahora bien y con mucho mayor impacto, en este mundo digital, cobra vital importancia la coherencia entre lo que mostramos y decimos de nosotros mismos.
Cuando hablamos de reputación corporativa nos referimos a la idea que los grupos de interés tienen sobre mi marca, sobre el accionar de mi empresa, ¿cómo nos reconocen?, ¿qué piensan de nosotros? En la práctica muchas organizaciones no son conscientes de cómo son percibidas por la gente, incluso por los “suyos”.
Buscar reconocimiento es inherente al ser humano, lo hacemos de forma profesional y normalmente para terceros, los que ejercemos las relaciones públicas, los expertos en comunicaciones; influenciadores, artistas, líderes de opinión y profesionales de diferentes áreas en sus ámbitos de trabajo, incluso a título propio.
Sin embargo, existen otros múltiples ejemplos de estrategias de relaciones públicas que buscan impactar el valor de una marca en sus públicos de interés: el estudiante que le muestra al profesor lo bien que está avanzando en un ejercicio; el amigo que cuenta sus logros y aspiraciones a su grupo, el pretendiente buscando enamorar a su pareja.
Ahora bien y con mucho mayor impacto, en este mundo digital, cobra vital importancia la coherencia entre lo que mostramos y decimos de nosotros mismos, y cómo nos percibe el entorno; ya que, aunque creamos que no estamos comunicando lo estamos haciendo de forma permanente, en nuestras redes sociales, con cada acción que adelantamos con los clientes externos e internos.
COMO UNA MARCA SE CONECTA CON SU AUDIENCIA
Existen algunas palabras que son inherentes al ejercicio de las relaciones públicas: brand equity (valor de marca), reputación, experiencia, notoriedad, reconocimiento, storytelling vs storydoing; audiencia, relacionamiento y así podría seguir enumerando muchas más.
Cuando hablamos de reputación, nos referimos a esa idea que los demás tienen sobre una marca. Y aunque parezca obvio, de las primeras preguntas que siempre le hago a mis clientes es: ¿cómo quieres darte a conocer?, ¿qué es lo que vamos a destacar?, ¿qué te diferencia de la forma como actúa tu competencia? y bajo este ejercicio, reviso si lo que quieren comunicar y cómo quieren ‘ser vistos’ efectivamente se ve reflejado en el mercado. Muchas veces nos encontramos en la agencia con marcas fantásticas, que están ejecutando tremendas iniciativas, pero que no consiguen transmitir su mensaje de manera exitosa, ya sea porque no lo comunican o porque lo hacen de forma equivocada.
A menudo se escucha a las empresas de consultoría decir que, si algo no se comunica, simplemente no existe y en un mundo hiperdigital esta frase cobra aún mayor relevancia, ya que, si no se informa de manera correcta, creando ese ‘awareness’ o reconocimiento en tu audiencia, es poco probable que se tenga un impacto positivo a la hora de elegir una marca o de respaldarla.
Imaginemos un caso concreto, la empresa que llamaremos ‘A’, es una aplicación que pretende ayudar a jóvenes de todo el mundo a encontrar su primer trabajo. La plataforma es gratuita y está respaldada por grandes organizaciones de tecnología. Para lograr su objetivo tienen que vincular al menos a dos millones de personas, en determinada región.
La empresa ‘A’ tiene una historia, además tiene un propósito, el producto tiene un desarrollo espectacular, está creada para la audiencia correcta, pero le falta algo: una estrategia de relaciones públicas que los ubique en el centro de la conversación y que con esto se fortalezca su reputación y credibilidad, el valor de su marca y fueran notorios. ¿Para qué? para que esos primeros dos millones de seres humanos a los que quieren inscribir, confiaran en la marca y decidieron vincularse. Si no saben quién eres o qué haces, ¿por qué van a seguirte?, ¿por qué van a comprarte?
Mi consejo para las marcas de cualquier tamaño es que ese anhelado ‘brand equity’ (valor de marca) se debe trabajar siempre. Y que desde nuestro ejercicio como relacionistas públicos podemos ayudar a construir estrategias y tácticas para que a través de acciones coordinadas las empresas cuenten una historia, que tengan la notoriedad correcta, impactando así su reconocimiento y llegando a la audiencia adecuada, conectando con empatía. ¿Para qué?, para que nos escojan, para que se vinculen y para qué de forma consistente se visibilice lo que hacemos con lo que somos.
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